La población en zonas urbanas marginales tiene pocos ingresos económicos; a menudo viven en condiciones de extrema pobreza. Más del 50% de la población tiene un ingreso menor a $ 5 por día. La falta de recursos económicos es una de las principales causas de la desnutrición, ya que esta cantidad no cubre las primeras necesidades de la familia.
En el seno de las familias en zonas urbanas marginales de la ciudad del Cusco, el 70% del dinero es percibido por los padres y otras personas y el 30% es ganado por las madres. La potenciación del papel de la mujer en la gestión de su propia empresa producirá independencia en las madres, lo que les permite gestionar sus propios fondos y cuidar la dieta de sus hijos. De esta forma, la atención en nutrición de los niños se realizará de forma adecuada.
Aparte de los problemas de malnutrición, la mayoría de las familias objetivo del proyecto tienen deficientes servicios básicos, tienen desagüe, pero pésimos sistemas de eliminación de excretas, tienen agua, pero hacen un uso inadecuado de la misma; disponen de ambientes mal distribuidos y compartidos entre personas y animales, haciendo además un uso inadecuado de las vajillas y utensilios de cocina. Debido a esto el proyecto plantea la incorporación del enfoque de viviendas saludables así como la práctica de buenas hábitos de salud e higiene.
Trabajamos con un equipo conformado por un asesor empresarial y una responsable de salud, quienes realizan visitas a cada familia para hacer un seguimiento personalizado.